"ES TAN PERFECTO QUE ASUSTA, PORQUE NUNCA ES JUSTA LA FELICIDAD" Cjs
En ciertas ocasiones las palabras vuelan de nuestras mentes con la misma facilidad que un globo de helio se aleja de la mano de una niña distraída jugando en plaza moreno, pero en otras parecieran enredarse formando nudos en la garganta, tsunamis en los ojos y terremotos con el mayor grado en la escala Richter en las manos.
El animo predomina sobre la materia gris que habita en nuestro cerebro, las hormonas se apoderan de nuestra racionalidad y perdemos el control de nuestra idoneidad.
Tarea cotidiana que siempre resulta simple, ágil y liberadora se vuelve una tortura, una cruz que pesa y uno se siente auto defraudado.
¿Por que hoy me cuesta tanto?
Simple, la respuesta esta en uno mismo.
Cabe aclarar que la frase recién citada no pretende caer en el cliché popularmente conocido, sino introducir a esto que hace días intento escribir y no quiere salir.
Cuando uno hace deporte, ríe, come chocolate, toma café o goza un orgasmo (entre otras actividades) el cuerpo secreta unas hormonas llamadas Endorfinas, mas conocidas como la hormona de felicidad, cuando estas se elevan el cuerpo elimina situaciones de estrés y dolor. Estas hormonas representan una verdadera conducción a la felicidad, el placer y el alivio actuando de manera similar a los opiáceos.
Cuando el cuerpo carece de la producción endorfinica (permítanme el atrevimiento de inventar esta palabra) uno se siente sin ganas, todo lo ve triste y siente el peso del stress sobre su espalda como una pesada mochila.
Quizás por estos días mi rebelde organismo haya declarado una anarquía hormonal y mi sangre se haya helado una vez más.
La vida te zamarrea y a los golpes se hacen los hombres, decían a orillas del Río de
Puede ser que me comí el personaje sin haberme percatado.
La cuestión es que las endorfinas me abandonaron y el coraje también. Creo poder pero tambaleo. Aseguro, afirmo mientras titubeo. Busco respuestas claras que hace tiempo tengo en mente, y no me animo a afrontarlas. Puede perder mucho más de lo que creo y debe ser por eso que jamás me gusto apostar.
La incertidumbre me desvela y pronto debo ejecutar un plan. De
Será cuestión de respirar hondo y vomitar, que las palabras como puedan vayan patinando hasta convertirse en globos de helio prontos a estallar. No van a llegar a acariciar las nubes, un rosedal los espera en el camino, ellos ilusos y confiados vuelan al sol, pero lejos no van a llegar. La pequeña niña los ve alejarse adentrándose en el oscuro cielo con el nudo en la garganta porque sabe su cruel final, pero esta segura que al fin y al cabo era la mejor decisión, de todos modos algún día el helio iba a escapar y el globo se terminaría por desinflar.