VOLUMEN 2

Volumen 2: “ENSAYO SOBRE LOS GENTELMAN’S BIEN” de DR. GONZO en sacra combinación con J.P.S.



Cuando reconozco mi inocencia perdida se me humedecen las mejillas, veo ahora a toda esa gente tan vulnerable, esa gente que se encargaba sistemáticamente de ofrecerme una incuestionable seguridad y en quien yo me refugiaba ciegamente.

Estas gentes, que han arrastrado su vida en el embotamiento y el ensueño, se han casado precipitadamente, por impaciencia, y han tenido hijos al azar. Han visto a los demás hombres en los cafés, en las bodas, en los entierros. De vez en cuando, presos en un remolino, se han debatido sin comprender que les sucedía. Todo lo que pasaba a su alrededor empezó y concluyó fuera de su vista; largas formas oscuras, acontecimientos que venían de lejos los rozaron rápidamente y cuando quisieron mirar, todo había terminado ya. Y a los cuarenta años bautizan sus pequeñas obstinaciones y algunos proverbios con el nombre de experiencia; comienzan a actuar como distribuidores automáticos: dos céntimos en la hendidura de la izquierda y salen anécdotas envueltas en papel plateado; dos céntimos en la hendidura de la derecha y se obtienen preciosos consejos que se pegan a los dientes como caramelos blandos.Quisieran hacernos creer que su pasado no está perdido, que sus recuerdos se han condensado y convertido delicadamente en Sabiduría. ¡Cómodo pasado!Pasado de bolsillo, librito dorado lleno de bellas máximas ¿se habrá encargado la vida de pensar en ellos? Explican lo nuevo por lo viejo, y lo viejo lo han explicado por acontecimientos más viejos todavía… al fin de cuentas nunca han comprendido absolutamente nada… detrás de sus aires de importancia se adivina una pereza tristona; ven desfilar apariencias, bostezan, piensan que no hay nada

nuevo bajo el sol. ¿De qué tengo miedo? Cuando queremos comprender una cosa nos situamos frente a ella. Solos, sin ayuda; de nada podría servir todo el pasado del mundo. Y después la cosa desaparece y lo que hemos comprendido desaparece con ella.

Las ideas generales son algo más halagador. Y además, los profesionales y los mismos aficionados acaban siempre por “tener razón”. Su sabiduría recomienda hacer el menor ruido posible, vivir lo menos posible y dejarse olvidar. Sus mejores historias son las de imprudentes y originales que han recibido castigo.

De improviso se me aparece la verdad: este hombre morirá pronto. Seguramente lo sabe; basta con que se halla mirado en un espejo; cada día se asemeja un poco más al cadáver que será. Esto es la experiencia de los hombres, por eso me dije tantas veces que huele a muerte: es su última defensa. El DOCTOR quisiera creerlo, quisiera enmascarar la insostenible realidad: que está solo, sin conocimiento, sin pasado, con una inteligencia que se desafila y un cuerpo en descomposición. Por eso ha construido, ha arreglado, ha acolchado bien su pequeño delirio de compensación: se dice que progresa. ¿Hay agujeros en los pensamientos, instantes en que su cabeza toda gira en el vacio? Es que su juicio ya no tiene la precipitación de la juventud. ¿No comprende lo que lee en los libros? Es que está tan lejos de los libros, en la actualidad. ¿Ya no puede hacer el amor? Pero lo ha hecho. Haberlo hacho es mucho mejor que seguir haciéndolo: la perspectiva permite el juicio, la comparación, la reflexión. Y para poder soportar su vista en los espejos, ese horrible rostro de cadáver trata de creer que en él se han grabado las lecciones de la experiencia… y de repente en el último segundo se da cuenta que ha pasado la vida.

Por eso ¡A vivir que son dos días! ¡Descolgalos del laurel! ¡Que nunca falte la birra después del match!.. Sigamos destruyendo nuestro hígado por favor.



Como siempre saluda demasiado afectuosamente el casto DR. GONZO.





Agradezco a mi entrañable amigo, Dr. Gonzo, por cumplir tan rápida y misteriosamente con mi pedido a colaborar en este espacio.
El volumen dos me pertenece y podía hacer con el lo que quisiera, acá esta, nutriendo mi blog con sus delirantes palabras. Una vez mas, gracias Dr.